«Los errores de los arquitectos se tapan con flores, los de los cocineros con salsa, y los de los médicos con tierra». Esto me dijo hace 24 años un buen amigo, coincidiendo con el comienzo de mis estudios de medicina. Puede parecer un chiste, pero no lo es, y con esta conciencia de la realidad de mi profesión llevo ejerciendo desde hace 18 años. Uno tiene que saber cuales son las consecuencias de sus actos y trabajar de un modo acorde con la responsabilidad que cada profesión conlleva: los sueldos suelen ir acordes, bien está que los quebraderos de cabeza también vayan.
En lo que va de año, hemos conocido tres publicaciones salidas de dentro del propio FMI que reconocen con datos numéricos en la mano por un lado graves errores de cálculo en las consecuencias de sus recomendaciones de austeridad (Estos documentos son «Perspectivas Económicas Mundiales» (octubre de 2012) y «Errores de Predicción del Crecimiento y Multiplicadores Fiscales» (enero de 2013)), y por otro serios errores en la forma en que fue planificado el rescate a Grecia (Greece: Ex Post Evaluation of Exceptional Access under the 2010 Stand-By Arrangement )
En los documentos hechos públicos a principios de este año, se reconocía que «los pronósticos del FMI subestimaron significativamente el incremento del desempleo y la caída en el consumo privado y la inversión asociados a la consolidación fiscal” -así llama el FMI a los «recortes», aunque, escapando a toda lógica, también se afirma que estos «resultados no implican que la consolidación fiscal sea indeseable». Dicen los expertos que lo que está en tela de juicio en relación a las predicciones del FMI no son las técnicas de cálculo, sino la base teórica en la que se apoyan sus modelos econométricos. Esta base descansa en tres supuestos claramente cuestionables:
1-. El FMI supuso que el factor multiplicador fiscal (desmultiplicador podríamos decir) era aproximadamente 0,5 es decir: por cada euro de «recorte» del gasto público, la economía decrecería 50 céntimos. Pero, en realidad, el efecto negativo no fue de 0,5 sino de 1,7 o incluso más. También supuso que aliviar el gasto público (recortes) aliviaría la carga impositiva sobre familias y empresas, permitiendo un incremento del gasto. Error: ni se ha reducido la carga impositiva (sobre todo la de las familias en virtud de la subida brutal de impuestos como el IVA) ni se está incrementando el consumo. Por contra en esta situación los recursos no utilizados por el sector público tampoco lo son por el sector privado. En consecuencia, las medidas de austeridad son autodestructivas y están conduciendo a la economía a menos gasto público, menos inversión privada, menos consumo, menos empleo y más depresión.
2-. El segundo error ha sido, según los economistas, que se utilizaron factores multiplicadores nacionales cuando la conexión entre las economías europeas hace absurdo su uso. Habría que utilizar multiplicadores fiscales europeos, porque los efectos de las reducciones de gasto de cada país se transmiten vía caída del comercio a todos los países. Otra razón que abunda en la idea de que los multiplicadores reales son mucho mayores que los que figuran en las predicciones del FMI..
3-. El tercer error consiste en no haber tenido en cuenta la ausencia de una política monetaria del Banco Central Europeo orientada claramente al crecimiento y el pleno empleo, que pudiera contrarrestar los efectos contractivos sobre las economías de los «recortes» de gasto público. De nuevo la realidad es tozuda y muestra que el dinero no llega a la economía real de familias y empresas, sino que se queda en manos de los bancos (a los que el BCE si presta dinero a intereses muy reducidos con la intención poco exitosa de que a su vez lo hagan circular). Una clara muestra son los graves problemas que estamos teniendo en nuestro país para que fluya el crédito hacia familias y PYMES: los bancos se resisten a dar financiación incluso a través de los préstamos del ICO (se han reducido un 70% en el primer trimestre del año), avalados por el estado. Y cuando lo hace es a intereses propios de la usura. (superiores al 10%). Lo que hacen los bancos con el dinero obtenido al 1% del BCE es comprar deuda a intereses de entre el 5 y el 7%, lucrándose por tanto con ello.
La consecuencia de esos errores es que las predicciones del FMI están totalmente equivocadas, por no decir que son disparatadas e irresponsables. En efecto, el FMI pronosticó un crecimiento de la economía europea en 2012 del 2,1%, cuando decreció un -0,6% (teniendo en cuenta los paises de la zona euro, un -0,3 si se considera a los 27 países de la unión). Y para España estimó para ese mismo año un crecimiento del 1,6%, cuando se ha cerrado en la realidad con una caída de la economía del -1,9% .
En el informe sobre el rescate a Grecia en 2010, consta que según los primeros cálculos del Fondo, la economía griega se contraería un 5,5%, mientras que finalmente lo hizo en un 17% entre 2009 y 2012, y el desempleo previsto fue de un 15%, aunque finalmente alcanzó el 25% en 2012. La deuda pública superó las proyecciones del programa por largo margen, y los técnicos no fueron capaces de asegurar que esta fuera sostenible con el suficiente nivel de probabilidad, siendo la sostenibilidad de la deuda uno de los principales factores a estimar. También se han reconocido retrasos a la hora de gestionar la reestructuración de la deuda en 2012 (curioso que cuando se trata de ahorrar no se admitan retrasos, pero si a la hora de “reestructurar” -ergo, reducir- la deuda de los países) que de no haberse producido habrían reducido la carga del ajuste y sus efectos dramáticos sobre la economia (lease: sobre la vida de las personas). Tras este informe hemos contemplado cómo los diferentes organismos se iban pasando la patata caliente. El FMI escudándose en que el documento es de unos expertos, pero no está aprobado por el consejo (como si eso lo hiciera menos válido), la Comisión Europea lavándose las manos aunque admitiendo que se trata de un proceso de aprendizaje (es decir que los ciudadanos europeos estamos siendo víctimas de un procedimiento de ensayo/error)…. Ausencia total de asunción de responsabilidades, por no hablar de propuesta de remedios.
Lo peor es que existe la constancia de que desde 2003 el FMI conoce los datos ofrecidos por la Oficina de Evaluación Independiente del propio fondo, sobre los programas de ajuste llevados a cabo en los decenios anteriores. Conoce por tanto los efectos recesivos, y conoce los resultados del debate académico entre Barro y Stiglitz de finales de los setenta y principios de los ochenta del pasado siglo, en el que el segundo demostró frente al primero que en condiciones de recesión los multiplicadores son mucho mayores que en condiciones de pleno empleo y que la financiación del gasto público con deuda no aumenta el ahorro de familias y empresas, sino que disminuye. Y también lo hacen el consumo y la inversión.
Supongo que las predicciones económicas no son sencillas, pero cabría esperar una precisión algo mayor que la de una bola de cristal o la del simple azar de los mayores expertos mundiales. Y llegados a este punto y habida cuenta de que se agota la ingenuidad, es posible pensar que tanto error no sea fruto de la casualidad o la dificultad, sino de una política premeditada con una finalidad concreta. En este caso, en estos casos mejor dicho, el trasvase de dinero público a manos privadas. Es obvio que las lentes ideológicas y los intereses a los que sirve el FMI le impiden hacer otra cosa que perseverar en recomendaciones que se han probado inútiles y criminales.
Alguien debería decirles, aunque seguramente les consta y sin embargo no les importa, que ha muerto gente, y continuará haciéndolo, prematuramente y en malas condiciones por sus repetidas “faltas de previsión”. Alguien debería pedirles responsabilidades a las personas que sabiendo esto no dudan en ejercer como asesinos de salón. Hace tiempo leí que entre los políticos y los empresarios hay una tasa importante de psicópatas. Creo que esto es extensivo a las personas que trabajan para este tipo de organismos que anteponen sin dudarlo los intereses económicos a la vida de otros seres humanos..
No servirá para gran cosa, pero por si alguien quiere desahogarse, propongo que escribamos al FMI nuestra opinión sobre sus políticas. La dirección a la que se pueden dirigir los correos es: publicaffairs@imf.org. Por si a alguien le falla la prosa en ingré y no quiere quedarse sin decir algo, copio el texto que he enviado y lo pongo a vuestra disposición :
When you have the power to decide the way countries espend their money, you must also be aware of the consecuences of your decisions and accept your responsibility.
You should know that because of the wrong decisions you have been forcing Greece and other european countries to take, for the sake of austerity, there are people dying prematurely.
As an example » Each €100 additional public spending per capita on NHS delivery was independently associated with a 1.47% reduction in the rate of avoidable mortality (p=0.003).». J Epidemiol Community Health doi: 10.1136/jech-2011-200640 (Enlace con el artículo: http://jech.bmj.com/content/early/2012/09/28/jech-2011-200640.abstract)
Allthough I assume this makes no sense for you, I want to let you know that, just like bad doctors, you are burying your mistakes.
Soledad González Méndez.
(Traducción:
Cuando tienes el poder de decidir la forma en la que los países gastan su dinero, también tienes que estar advertido de las consecuencias de tus decisiones y aceptar tu responsabilidad.
Deberían saber que, a causa de las decisiones erróneas que ustedes han forzado a tomar a Grecia y otros países europeos en nombre de la austeridad, hay personas que están muriendo de forma prematura.
Un ejemplo: «Cada 100€ de inversión adicional per cápita en el sistema público de salud, se asocia de forma independiente con un 1,47% menos de MORTALIDAD EVITABLE (p=0.003)»
Aunque asumo que esto no tiene ningún sentido para ustedes, quiero decirles que sus «errores» son cubiertos con tierra.»)
AUTOR: Sole González.
BIBLIOGRAFÍA Y LECTURAS RECOMENDADAS:
http://mallorca.attac.es/2013/01/13/mea-culpa-por-parte-del-fmi/
http://www.farodevigo.es/opinion/2013/01/19/errores-fmi/743259.html
http://www.farodevigo.es/economia/2013/06/07/fmi-admite-ahora-medidas-austeridad/824436.html
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